Una verdad universal es que detrás de toda historia hay un escritor. Pero algo que no todos saben es que detrás de todo escritor se encuentra una persona igual de talentosa e importante: el editor.
Creo que la mejor definición que tengo para los editores es: escritores que no escriben. ¿Por qué? Porque ellos deben tener conocimiento sobre estructuras narrativas, gramática, ortografía, entre otras cosas para poder editar y corregir, de la mejor manera posible, el texto o guión que un escritor les entrega.
Si utilizamos la analogía de una banda musical, el editor sería el bajista. Sabes que está ahí, sus aportaciones son importantes pero no son tan notorias como las de los otros miembros; sin embargo, si no estuviera te darías cuenta, la música sonaría muy diferente. Esto mismo pasa con los libros y/o guiones sin editor, te das cuenta cuando no está presente.
No es un trabajo sencillo, como ya había mencionado, tienen que ser tan buenos, o incluso mejores, como el escritor entendiendo la estructura, narrativa y estilo. Deben ser capaces de ver la historia como un todo y a la vez como pequeñas piezas que sin un ensamblaje correcto no funcionan. Y no solo se encargan de revisar y corregir, también pueden servir como apoyo para cuando los escritores tienen complicaciones en una escena o pierden el “rumbo” de la historia.
Por último, antes de cerrar este tema, quiero compartir un consejo que me hubiera gustado escuchar cuando empecé a escribir: consíguete un editor. Confía en que todos los comentarios y correcciones, que esta persona haga es por tu bien y el de la historia, no dejes que tu orgullo te nuble. El editor no es tu enemigo, es un valioso aliado.