¿No te ha pasado que mientras te estás bañando o lavando los trastes te llega una idea, de esas que estás seguro que es una idea millonaria y que tendrá el éxito asegurado? Esto aplica para historias, negocios, inventos, etc. Bueno, te tengo una mala noticia… Con una población mundial arriba de los 7 mil millones, es muy probable que al menos una o dos personas (tal vez más) hayan tenido exactamente la misma “idea millonaria” y es por esa sencilla razón que las ideas no valen nada.
Sí, puede sonar desalentador cuando lo piensas de esa manera, pero a lo largo de los años he aprendido, que hay algo que se esconde detrás de las ideas, que hace que puedan ser realmente exitosas: la ejecución.
La magia está en la ejecución
Si dos personas hacen la misma receta, utilizando los mismos ingredientes y siguiendo las instrucciones al pie de la letra, te puedo asegurar que ambos platillos tendrán un sabor completamente diferente a pesar de que el proceso haya sido exactamente el mismo.
Tomemos de ejemplo el iPhone, a pesar de que no fue el primer smartphone (ese título se lo lleva el Simon Personal Communicator de IBM creado en 1994) se convirtió en el líder de los smartphones en un mercado donde ya había muchos competidores, y la pregunta es ¿cómo se volvió el líder? La respuesta es la ejecución.
En Apple definitivamente no fueron los primeros en tener la idea de un smartphone ni tampoco en construirlo, pero sí fueron los que supieron ejecutar mejor la idea que otros habían tenido, mejorando lo que ya existía y aplicándolo en uno de los mejores dispositivos que existe.
Por otro lado, tenemos a Thomas Alba Edison, él no fue el creador del foco pero sí fue el que logró encontrar el material correcto para hacer que los focos pudieran durar más sin fundirse.
Ambos ejemplos son unos de tantos que hay para demostrar que la oportunidad de innovar sigue existiendo incluso cuando ya todo ha sido creado y no hay nada nuevo bajo el sol.
Nadie puede hacer las cosas exactamente igual que tú, ni aunque fuera tu clon. Hay factores como la experiencia, los conocimientos, las limitaciones y talentos que aportan un granito de arena al momento de ejecutar una idea, y como cada uno de ellos son únicos en cada persona, el resultado nunca será igual.
Todo es un remix
En 2015, Kirby Ferguson publicó en YouTube un video titulado “Everything is a Remix” (˝Todo es un Remix˝ en español) en el que habla, entre otros temas relacionados a las ideas, de como todo lo que consumimos, desde música hasta películas pasando por los libros, cómics y videojuegos, son una mezcla de otros productos pero con una nueva presentación. Se los dejo aquí abajo:
Como dice Ferguson en su video, nada de lo que creamos es 100% original, todo está basado en ideas anteriores. En mi opinión, es bastante válido, creo que hasta necesario, fijarse en los aciertos y errores de lo que ya existe o existió para cuando estás construyendo tu idea, siempre y cuando no caigas en el terreno del plagio. Como ya dije, no es necesario ser el primero, a veces lo único que se necesita es hacer un remix para lograr un producto nuevo e innovador.
Para concluir con este tema, les comparto una cita del poeta y dramaturgo, T. S. Elliot, que resume bastante bien los dos puntos sobre la ejecución y los remixes de las ideas:
Los poetas inmaduros imitan, los poetas maduros roban, los malos poetas desfiguran lo que toman, y los buenos poetas lo convierten en algo mejor, o al menos en algo diferente. El buen poeta integra su robo en un todo de sentimiento que es único, patentemente distinto de aquello de lo que fue arrancado; el mal poeta lo estampa en algo que no tiene cohesión. Un buen poeta tomará prestado generalmente de autores lejanos en el tiempo, o extranjeros en la lengua, o de intereses diversos.